martes, 25 de agosto de 2009

Shhh, es un secreto...



“Lo esencial (en su forma típica) es la sensación penosa, la vergüenza que provoca querer ocultar la desnudez (casi siempre por la locomoción) y no poder hacerlo”.Freud,S.
No soy una persona vergonzosa, aunque si bien es verdad que nunca..., bueno, nunca no, porque si quisiera sería capaz de hacer determinadas cosas, pero no tengo necesidad de cambiar.
Y yo me pregunto, por qué tenemos que justificarnos cada vez que emitimos opiniones, incluso a nosotros mismos cuando nadie es quien tiene que juzgar. En realidad, nosotros somos nuestros mejores y más críticos jueces...por qué tenemos tanto miedo de nosotros mismos y nos ocultamos tras una manta evadiendo determinados asuntos, que en lo más profundo de nosotros sabemos que la realidad relativa ha de variar, para nosotros y para el mundo; porque en el fondo lo deseamos, pero cadenas de oro invisibles nos apresan y nos impiden liberarnos de ellas.
Tal vez sean pensamientos de alguien al que le da por pensar más de la cuenta, pero aun así he de justificarme con cada una de las afirmaciones que salen por estos dedos inquietos. Y volvemos unnnnna y otra vez a hacerlo de forma consciente en unas situaciones, de forma inconsciente en otras. Como criaturas racionales, tenemos que encontrar un razonamiento válido a nuestro parecer, incluso si las premisas de las que se parten no son las más idóneas.
Y de esta forma, el peligro se apodera de nosotros. Tal vez, en estos momentos mis mejillas estén más sonrojadas, bueno, tal vez no, soy capaz de sentir el calor que emana de ellas. La mente se me ha quedado en blanco, cómo seguir....¡ahhhh!Para colmo, estoy empezando a sudar, espero no gozar del privilegio de ser un ser brillante ante los demás. Denme unos minutos... Silencio.
Elena Borges nos muestra una descripción:"Son pacientes difíciles porque cuesta mucho que exterioricen los sentimientos, se inhiben". Además, el psicólogo Vicente Prieto añade que son personas que "tienen muy pocas habilidades sociales: no mantienen el contacto ocular, su tono de
voz es bajo, le cuesta iniciar conversaciones, pedir ayuda, hacer críticas, le cuesta invitar a salir a alguien, dar sus opiniones, expresar afecto ... Tienen pensamientos negativos relacionados con el 'qué dirán de mí' y, además, experimentan muchos síntomas elevados de ansiedad".
Tenemos miedo al salir del rol que se nos ha asignado, o que tal vez el que nosotros nos hemos buscado, simplemente, era lo más cómodo. Así no habríamos de enfrentarnos, no correríamos el riesgo de perder a nuestros seres queridos por una idea desacertada para el contrario. Todo perfecto. Esta disposición, en algunas ocasiones nos ayuda a esquivar obstáculos, pero en ningún caso superarlos. Sorteamos las piedras del camino, huyendo por otro menos pedregoso; pero sólo en algunos casos, nos paramos a quitar las piedras de él, un proceso que requiere algo más de...tiempo, esfuerzo y dedicación. Es mucho más fácil poner el coche en marcha...no nos cabe duda, el senderismo no es lo nuestro.
"Será una timidez virtual -afirma Borges-. Las capacidades reales de todas las
personas serán silenciadas. Como nos comunicaremos sólo virtualmente, no saldrán a flote las relaciones, y da la impresión de que las personas serán cada vez más tímidas".
Y de este modo llegamos a la ya enunciada, espiral del silencio de Noëlle-Neumann:
"Los individuos se forman una idea del reparto y del éxito de las opiniones dentro de su entorno social. Observan cuáles son los puntos de vista que cobran fuerza y cuáles decaen. Este es un requisito para que exista y se desarrolle una opinión pública, entendida como la interacción entre los puntos de vista del individuo y los que él atribuye a su entorno. La intensidad de la observación de su entorno por parte de un individuo determinado varía no sólo conforme su interés por tal o cual asunto en especial sino también según pueda o no ser impelido a tomar partido públicamente respecto de eso".

Así pues, pasamos a encontrar argumentos por los que justificar la necesidad de emitir una opinión, ya que tal vez fuera una "idea errónea", esto es, la que no es correcta/idónea a ojos de los demás. De hecho, mi barra(/), no hace más que demostrar el querer aclarar algo, por si el desacuerdo del lector se cierne sobre esa palabra encerrada entre una mayúscula y su punto complementario al final de la oración. Silencio. Silencio. Silencio. Esto se convierte especialmente en un problema, cuando las personas están constantemente pensando en si tal cosa u otra será del agrado del oponente verbal/judicial. Creemos no tener argumentos de suficiente peso. Creemos no tener elementos para comenzar una conversación. Creemos que son cosas sin importancia, pero que para nosotros en algún momento sí que la tuvieron.Creemos, suponemos pensamos, ...pero nada es, cuando realmente es nuestro todo. Tal vez sea la nada de alguien, pero para nosotros es el todo, y por ello es necesario tener el convencimiento que tal vez lo pueda ser para la otra persona. Es necesario el cambio, progreso, el movimiento de la razón, de las razones, que el conocimiento no se acumule en aguas estancadas. En definitiva, hacer consciente de nuestro yo al resto.

“La liberación es no sentirse ya nunca más avergonzado de uno mismo” Nietzsche, F.
Lectura adjunta: ¿NOS DA MIEDO PENSAR? Bertrand Russell

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