jueves, 30 de julio de 2009

Otro género de cartas


Hacía años que no sacaba del cajón olvidado aquella pequeña reliquia que hacía años el abuelo me había dado. Al parecer no habían pasado suficientes años desde nuestro último encuentro ya que sus caras parecían hallarse en el mismo estado que entonces, para su edad qué bien se estaba conservando. Pero el tiempo no pasaba en balde, y era notorios los relieves marcados que se llegaban a avisar. Atrevía a distinguir pequeñas heridas de guerra, cuyas cicatrices permanecerían durante el resto de su vida. Garabatos de niños pequeños habían arremetido contra el anciano, sangre en sus páginas Tal vez hubiera estado de vacaciones por algún paraíso tropical, pues había adquirido una tonalidad un tanto tostada. Quién sabe los recónditos lugares del planeta por los que habría viajado, pues él desaparecía a mis ojos cada vez que la oscuridad se hacía al otro lado.
Hoy había ocurrido algo especial, sabía que los viejos del cajón guardaban muchos secretos e historias, pero el descubrirlos era algo completamente diferente a cualquier otra sensación. Delicadamente lo acompañaba a la cama, donde hacía algún pequeño arreglo para que todo estuviera perfecto para la ocasión. La próxima vez...tal vez no hubiera próxima vez por lo que la ilusión sería igualable a la de cuando nos conocimos.
Todo estaba listo. Mi mirada le seguía acompasadamente, pausas, pasos, baile, música para la vista, frenesí del alma.
"Influye mucho conformarse con la realidad, tratándose de asuntos sacados de ella y que tienen por objeto acostumbrar desde la inteligencia hasta la vista, a una cosa que de suyo tiene algo de extraña y desordenada. Esta falta de método es sólo aparente, y para acostumbrar a niño a las bruscas transiciones que el hombre experimenta cuando las necesidades sociales le obligan a obrar independientemente. En el fondo hay un sistema, pero referido directamente a los movimientos psíquicos del hombre en relación con los bruscos cambios de las influencias exteriores. Así es que la organización no corresponde a las reglas, no pocas veces arbitrarias, de los métodos especiales, en uno para otro linaje de producciones, sino al encadenamiento natural que existe entre determinados grupos de exigencias y necesidades sociales".
Lectura de manuscritos.Saturnino Calleja.



Y yo me iré...y tú seguirás aquí.



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